El Islam es una religión que nació en la península arábiga a principios del siglo VII d.C. El año cero de la era musulmana coincide con el 622 de la era cristiana, momento en el que Mahoma, profeta del Islam, tuvo que huir de la Meca a Medina. El Islam no se debe entender como una religión parecida al cristianismo o al judaísmo, ya que afecta a todos los aspectos de la vida de los musulmanes y tiene como diferencia fundamental ir ligada a la presencia de un Estado encargado de mantener el orden social musulmán. El primer Estado islámico se crea en vida de Mahoma, pero quedó plenamente consolidado y definido con su sucesor, su suegro Abu Bakr.
Este nuevo Estado emprende casi inmediatamente la conquista de nuevos territorios a tal velocidad que en el año 707 ha conquistado ya todo el norte del continente africano y a partir del 711 la península Ibérica. El Estado islámico único, el califato, y todos los Estados fragmentarios que de éste se deriven se mantendrán esencialmente de los tributos y del control del mercado exterior y del comercio a larga distancia. Eso se traduce, en el caso de Baleares, en la existencia de un Estado más o menos lejano que siempre tiene un representante que reside en la ciudad de Palma, y que recibe los tributos de las comunidades campesinas de las islas, controla el corsarismo y el comercio a larga distancia que utiliza los puertos de Madina Mayurqa (Palma).
A lo largo de los siglos VIII y IX se produjeron una serie de ataques de musulmanes contra las islas Baleares. El hallazgo de monedas islámicas de esta época en Baleares indica que tales pactos eran en realidad tributarios, los habitantes de las islas entraban, antes de la conquista formal y, ciertamente, por imposición militar, en el marco del Estado tributario islámico.
La conquista de Baleares se produjo el año 902. En aquel momento empezaban a producirse los primeros síntomas de ruptura del Estado islámico unitario. En Córdoba gobernaban los Omeyas de Damasco que, aunque ya en plena ruptura con el califato de Bagdad, no se atrevieron a proclamarse califas, adoptando el título de emir.
Una de las características de las sociedades tributarias es la facilidad con que el Estado cambia de grupo dominante y cambian, por tanto, las dinastías gobernantes. Así entre el año 902 y 1229, año en que se produce la conquista feudal catalana, las islas Baleares formarán parte del territorio de los siguientes estados: Emirato y Califato de Córdoba, Taifa de Denia-Baleares con capital en Denia, Taifa de Baleares con capital en Madina Mayurqa (actual Palma), Estado almorávide, Taifa independiente almorávide de Baleares y, finalmente, Estado almohade.
La población, mayoritariamente campesina, que mantiene con estos Estados una relación estrictamente tributaria, pagando sus impuestos coránicamente reglados en moneda, da estabilidad al sistema. El pago en moneda otorga un alto grado de autonomía a los campesinos que, a través de diversas estrategias, permiten a estos decidir qué cultivar o producir y dónde vender sus excedentes.
Volviendo al discurso cronológico, el año 902, cuando se produce la conquista efectiva, las fuentes escritas indican que las islas se encontraban muy poco habitadas. De hecho, los hallazgos arqueológicos de la época muestran una población concentrada en los castillos de Mallorca, Santueri (en Felanitx) y Alaró.
Poco después de la conquista, empiezan a producirse oleadas migratorias de nuevas poblaciones de origen árabe y beréber. Se entiende por poblaciones árabes aquellas procedentes de Oriente y teóricamente descendientes de las tribus árabes y por poblaciones beréberes aquellas autóctonas del Norte de África. Estas nuevas poblaciones llegan perfectamente estructuradas y organizadas en familias extensas denominadas comúnmente "clanes". El grupo de clanes unidos por relaciones de parentesco, real o figurado, constituyen una tribu. Estos pobladores utilizaron sus propios los nombres de sus tribus y los suyos propios para dar nombre a las poblaciones de Baleares, gracias a ellos se conoce el origen islámico de éstas.
En la documentación posterior a las conquistas feudales aparecen dos tipos de topónimos que permiten identificar poblaciones. Por una parte se encuentran aquellos que son catalanizaciones directas de nombres de tribu, sirvan como ejemplo los topónimos actuales Gomera o Vernissa, que toman el nombre de los Gumara o Marniza, tribus originarias del Norte de África. Los clanes o familias extensas suelen autodenominarse descendientes de un antepasado común, eso se plasma anteponiendo al nombre de ese antepasado la partícula Banu, que siginifica "hijos de". Esa partícula se catalaniza bajo las formas "Bini" y "Beni", dando origen a multitud de topónimos, por ejemplo, Binissalem significaria "hijos de Salim".
Estos grupos de campesinos se establecieron en todo el territorio de las islas en explotaciones agrarias denominadas alquerías. Se trata de explotaciones comunes a todo el grupo campesino, que es quien decide la fórmula de explotación del territorio.